De pesquisas y pantallas : los desafíos de investigar en tiempos de pandemia

 

Por Froilán Fernández
Secretario de Investigación FHyCS

El giro inesperado y contingente que sacudió nuestras vidas en los umbrales del año 2020 nos enfrentó al desafío de reconfigurar distintas dimensiones de nuestras prácticas cotidianas. Desde la vida domésticas hasta las interacciones laborales, los hábitos que tramaban nuestras acciones tuvieron que reformularse y adaptarse a formas de relacionarnos que combinaban herramientas existentes con nuevos modos de organización del espacio y el tiempo. Los enseres tecnológicos que ya habitaban nuestras vidas cotidianas emergieron como recursos ineludibles para pensar y resolver las demandas de una continuidad necesaria en el campo educativo y el mundo laboral. Así, todo un universo léxico comenzaba a nombrar nuestras acciones y difuminar las fronteras ya resquebrajadas entre el mundo doméstico y la vida laboral: virtualidad, protocolos, trabajo remoto o teletrabajo, hibridez, bimodalidad, entre otras palabras-clave, sintetizan un cambio de época para la vida en general y la educación universitaria en particular.

Sin lugar a dudas, los procesos desarrollados por distintos proyectos de investigación de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales se vieron afectados por esta situación y debieron, entre otras cosas, reformular sus cronogramas, replantear sus objetivos y pensar nuevos modos de interacción que permitan dar continuidad al fructífero diálogo que llevan adelante, y que implica un ejercicio de intercambios sustancial para la formación de investigadores. Los múltiples desafíos abiertos por la situación de pandemia combinados con la intensa labor de reconfiguración de las prácticas docentes universitarias abrieron un complejo horizonte de trabajo para repensar nuestras prácticas y problemáticas de investigación.

Frente a este nuevo contexto, las políticas institucionales de Ciencia y Tecnología que incumben diferentes instancias ingresaron en un terreno de adaptaciones que se nutrieron tanto de la intensa experiencia de trabajo que cultivamos en la Secretaría de Investigación como de novedosas propuestas que aspiraban responder a las demandas particulares de la situación de pandemia.

El desafío de acortar las distancias, mantener el contacto con los equipos de trabajo y asistir a las demandas de los proyectos, significó un punto de arranque que articulaba las acciones de investigación con los planes de contingencia y la continuidad pedagógica planteados en nuestra Facultad. Sostenido en el compromiso permanente del equipo de la Secretaría, pudimos adaptar nuestro trabajo a la modalidad remota y utilizar las herramientas virtuales para mantener nuestras vías de comunicación a través de distintos medios y plataformas, responder las inquietudes de los grupos de investigación, generar nuevas acciones (charlas, talleres, conversatorios) y mantener abiertas las convocatorias a presentación de nuevos proyectos y becas.

El arduo trabajo implicó recurrir a herramientas que ya conocíamos pero también capacitarnos en nuevas plataformas que nos permitieron dar continuidad a las acciones y cronogramas, y mantener, a pesar de las vicisitudes, una modalidad de trabajo que acentúa la cercanía con cada investigador de la FHyCS. En un momento crítico, la continuidad de esta forma de relacionarnos no es un dato menor: significa mantener la empatía y el contacto que nos caracteriza cuando las puertas de nuestras oficinas están abiertas.

Si el 2020 implicó una mudanza al universo digital, el 2021 supuso un desafío mayor: el gradual retorno a la presencialidad significaba articular “viejas tradiciones” con nuevas prácticas, exigencias y necesidades. Teníamos que ajustarnos a protocolos, organizar el tiempo y el espacio de otro modo, y recuperar una vida que el año anterior había puesto en suspenso. Así, pensamos actividades que combinaran la presencialidad física con los recursos virtuales y nos permitieran mantener un ritmo de trabajo continuo y fructífero. Lentamente, los espacios de la Secretaría comenzaron a habitarse con el resguardo y la calidez de siempre.

Por otra parte, el trabajo articulado entre investigación y posgrado nos permitió materializar proyectos de gran envergadura institucional: la creación formal de la Secretaría de Posgrado y la reformulación de los instrumentos institucionales que regulan el funcionamiento tanto de la Secretaría de Investigación como del Consejo de Investigación y Posgrado. Un hito relevante de este proceso se cristalizó en las elecciones de nuevos integrantes del Consejo, hecho que constituyó el primer acto electoral en tiempos de pandemia en nuestra Facultad.

Simultáneamente, las políticas de investigación de la UNaM y la FHyCS intentaron responder a las problemáticas del contexto y acompañar las necesidades de los equipos de investigación. En 2020, por ejemplo, se reformularon los cronogramas de investigación y se promovieron convocatorias a proyectos específicos sobre la temática COVID-19. En este marco, la convocatoria PISAC COVID-19 “La sociedad argentina en la pospandemia” tuvo la participación de diecisiete equipos de la Facultad, de los cuales cinco quedaron en la selección final de proyectos interinstitucionales y nacionales, realizada por la Agencia I+D+i del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Paralelamente, la convocatoria para presentar nuevos proyectos en el marco de la UNaM supuso líneas estratégicas vinculadas con la situación de pandemia, modalidad que volvió a repetirse en este 2021. De este modo, con esfuerzos redoblados y decisiones estratégicas, pudimos lograr financiar la totalidad de los proyectos presentados en dichas convocatorias.

Cabe destacar que todos estos datos resaltan el compromiso de los equipos de investigación que, pese a la situación crítica, continuaron “poniéndole el cuerpo” a sus proyectos, y adaptando con inteligencia y creatividad sus prácticas de investigación al contexto de trabajo emergente, en un gesto que confirma la extensa tradición de pesquisas que tiene la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales y sus sólidas relaciones con la comunidad en general.

En estas paradójicas épocas donde el presente y el futuro se aúnan en un cúmulo de incertidumbres, los desafíos para el 2022 parecen redoblarse. Si bien albergamos el deseo de volver a una vida universitaria plena, sabemos que los procesos de investigación que incumben a los equipos de nuestra Facultad implican un horizonte de trabajo complejo y abigarrado, propio de las problemáticas que configuran las pesquisas en el campo de las Ciencias Humanas y Sociales.

La presencia territorial del trabajo de campo y la indagación documental nos enfrentan a una sociedad que, luego de la tormenta pandémica, parece exacerbar las desigualdades y las diferencias. Frente a esta realidad, se nos presenta el desafío de seguir poniendo el cuerpo, articulando los aprendizajes y recursos que nos dejan estos dos años, con los tradicionales modos que, más allá del fervor tecnológico, diagraman históricamente los modos de nuestro trabajo intelectual: el ejercicio de la palabra oral y escrita.