Por la inclusión educativa y la igualdad de oportunidades para la virtualidad
Hace casi tres meses de la llegada de la emergencia sanitaria por el COVID y el ASPO que trasformó todos los órdenes de nuestras vidas. Las instituciones educativas, de repente y sin que fuera por definiciones de política académica institucional, tuvimos que readecuar los sentidos y prácticas presenciales de producción de conocimientos, enseñanza y aprendizaje, pasando a utilizar como apoyo los entornos digitales.
El sistema universitario y sus claustros pusieron la mejor disposición y las decisiones que se requerían para dar continuidad pedagógica y contener en estos tiempos de afianzamiento de las solidaridades colectivas y de potenciamiento del compromiso social.
Así fuimos construyendo y habitando (virtualmente) la FHyCS en esta nueva situación El tiempo transcurrido y la intensidad de las experiencias vivenciadas nos permitieron explicitar nuevas reflexiones y debates en torno al derecho a la educación pública, gratuita y de calidad y su rol fundamental en la generación de nuevas oportunidades para la inclusión educativa.
En este marco, resaltamos que la pandemia puso en foco –una vez más- las profundas desigualdades existentes en nuestro país en general y en Misiones en particular; donde las propuestas educativas de los Planes de Continuidad Pedagógica enfrentan dificultades estructurales para su desarrollo dado que el acceso a dispositivos adecuados y condiciones de conectividad de estudiantes y docentes (entre otros aspectos) dificultan el proceso; cuando no lo impiden. Aún con todo el esfuerzo, tiempo y compromiso puestos desde la institución y fundamentalmente desde los equipos docentes para adecuar el desarrollo con calidad de los cursados virtuales a la realidad de la mayoría de los estudiantes, muchos son los que se vieron impedidos de continuar su proceso formativo.
Esta situación nos preocupa y nos ocupa, sabiendo que su abordaje supera las posibilidades como institución de resolverlo En esta misma línea, también debe hacerse mención a las condiciones laborales en que los docentes desarrollan sus actividades en el marco de las medidas del ASPO (como se mencionó el contexto nos obligó a readecuarnos sin la formación necesaria, con una sobrecarga en las tareas, resignando en ocasiones su derecho a la desconexión y al horario laboral limitado según su dedicación para sostener el vínculo pedagógico con los estudiantes). Todas esas cuestiones son parte, hoy, de los debates a nivel nacional entre autoridades y gremios docentes y no docentes.
Así, docentes, no docentes, estudiantes graduados, equipo de gestión, nos convocamos a redoblar esfuerzos para garantizar el derecho humano a la educación superior, reconociendo nuestras condiciones particulares, limitaciones y potencialidades. Consideramos irrenunciable el papel del Estado (Nacional y Provincial) en este desafío para la puesta en marcha de políticas públicas que garanticen el acceso a las tecnologías de la información al conjunto de los/as ciudadanas, así como las condiciones de conectividad; indispensables en la actualidad, y más allá de la emergencia sanitaria.
Readecuamos nuestras prácticas en tanto comunidad educativa e institución formadora; y movilizamos otras que favorezcan las condiciones de posibilidad de sociedades más justas e igualitarias.
Instamos a la comunidad a defender el derecho a la educación y a acompañar intersectorialmente la búsqueda de soluciones que garanticen su efectivo cumplimiento.