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Por 10 mayo, 2015 0 Comentarios Leer más →

Cuidados especiales

Cuidadores-domiciliariosLa capacidad de cuidar a otros es una conducta cotidiana y natural. Pero en los últimos años, el tema del cuidado del otro ha empezado a tomar cada vez más importancia por los avances de la medicina y por los cambios registrados en la sociedad. Hay un gran número de personas que superan los 85 años y necesitan la ayuda de cuidadores para satisfacer las necesidades básicas cotidianas.

Generalmente, el cuidador principal suele ser un familiar, quién toma las decisiones. Pero,  la complejidad y la exigencia de la tarea hacen necesario que la familia busque la ayuda de cuidadores formales o pagos de tiempo parcial o total.

La tarea de los cuidadores consiste en hacer lo que la persona ya no puede; en estimular y ayudar a que haga todo lo que aún puede: acompañarla para que no salga sola a la calle, ayudarla en las actividades de la vida diaria como comer, es decir, debe ocuparse de las tareas cotidianas de la persona que atiende, como hacer la cama, ordenar la habitación, etc. No significa que el cuidador se convierta en un empleado doméstico.

Otra de las funciones del cuidador domiciliario es detectar los signos de alerta y cualquier cambio que pueda tener la persona, para informar a la familia y consultar al equipo tratante. También es un facilitador entre la persona y su interacción social, y su principal función es que el paciente tanga una mejor calidad de vida, dentro de las limitaciones de su estado físico y/o mental, lo que permitirá tener proyectos de vida y momentos placenteros. Para que esto sea posible, se necesita entender qué le pasa a la persona que cuida y cuál es el mejor cuidado que puede recibir.

La familia es la que elige al o a los cuidadores. Una tarea difícil porque se está seleccionando nada menos que al cuidador de un ser querido y vulnerable. Es muy importante que en la charla de selección sean muy claros con la tarea que se espera que cumpla la persona, y que sean realistas en lo que el cuidador pueda realizar.

Requisitos que debe tener un cuidador:

  • Mostrar cortesía, amabilidad, consideración y respeto por las costumbres personales.
  • Tener facilidad para comunicarse: comprensión del lenguaje verbal y gestual de la persona que cuida para comprender. Capacidad de escucha, de pedir opinión, interés por comprender al paciente y hacerse entender.
  • Ser hábil para establecer contacto y organizarse en relación a los horarios y tiempo de espera.
  • Mostrar capacidad de respuesta: responder a tiempo y con diligencia. Adaptación flexible a las demandas y acompañamiento ante el dolor.
  • Preocuparse por la seguridad física del paciente y por el cuidado de los recursos materiales que dispone para la atención del enfermo.
  • Tener competencia profesional: contar con conocimientos y habilidades que le permitan realizar su tarea.

Los cuidadores ayudan a la satisfacción de las necesidades de la vida diaria como levantarse, vestirse, alimentarse, asearse, trasladarse. Pero, hay otras necesidades como la compañía. Por eso, es muy importante que el cuidador sea un facilitador de las interacciones sociales.

Por último, es conveniente que la persona que va a ser cuidada participe en la elección de su cuidador. El buen vínculo que se establezca será la base que permita el cuidado más adecuado.

Si no participa de esta elección sentirá que la familia “mete a alguien en la casa” sin tenerla en cuenta y que es tratada como un objeto. Es necesario recordar que a pesar de las limitaciones originadas por la fragilidad, sigue siendo un sujeto con derecho a protagonizar su vida.

 Son autores de esta nota los estudiantes de Comunicación Social: Tamara Reinek, Florencia Maidana, Cintia Godoy, Mercedes Kurday, Sol Tramanoni, Noelia Fraga, Rocío Maitén Ayala.

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Publicado en: Dpto. Trabajo Social