EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
Luego del resultado de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), desde la Cátedra Eduardo Galeano-Helena Villagra de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), manifestamos nuestra preocupación frente a las principales propuestas manifestadas tanto por el candidato presidencial del espacio político “La Libertad Avanza” como así también por la candidata presidencial de “Juntos por el Cambio”.
Habida cuenta de la historia política de la Argentina, luego de haber atravesado el Terrorismo de Estado cuyas violaciones a los derechos humanos continúan latentes y se imbricaron con un proceso de destrucción del aparato socio-económico y productivo de nuestro país, alimentando una cultura de la atomización y del individualismo, resulta lamentable tener que volver a atravesar la peligrosa posibilidad de experimentar políticas de violencia institucional, pobreza, desocupación y achicamiento del Estado en áreas fundamentales (educación, ciencia y tecnología, vivienda, atención social, salud y comunicación).
No podemos dejar de pronunciarnos ante este tipo de perspectivas socio-políticas negadoras del otro; que ignoran, además, el barro de lo colectivo y la capacidad de solidaridad y de afecto que nos hermana y constituye.
Somos sujetos sociales e históricos. Y, si estamos en el mundo, es mediante los vínculos que lo han propiciado. Desde que nacemos.
De ninguna manera la violencia y el desconocimiento de los derechos sociales y humanos, el desprecio a la vida digna que nos merecemos como sociedad, el desdén por el cuidado del ambiente y de la naturaleza que nos constituye, puede ser una solución. Por estos días la inflación es uno de los principales problemas que afrontamos como sociedad, consecuencia del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional luego del endeudamiento irresponsable del gobierno de Mauricio Macri.
En este contexto, hacemos un llamamiento a los distintos sectores de la sociedad, entes gubernamentales, empresas, sectores trabajadores, universidades, estamentos públicos y privados, de modo de trabajar en un acuerdo que apunte justamente a delinear medidas a corto, mediano y largo plazo para paliar y revertir este estado de cosas.
Más que nunca, en estos tiempos, es necesario bregar por la defensa de los bienes públicos, trabajar en mejorar nuestra democracia, y en sentar las bases para una mejor vida en común. El mercado no resolverá nuestros problemas sociales, nada más lejos. Un avance privatizador solo nos hará más dependientes y menos autónomos.
La solución debe ser meditada, colectivamente analizada, resguardando ante todo los derechos de la mayoría de nuestra población que tanto dolor y esfuerzo ha costado mantener vigente.
Este es el desafío que nos demanda nuestra democracia, a 40 años de su recuperación.
