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Entre fotos y memoria, Eduardo Longoni visitó la Facultad, para compartir su trayectoria y sus imágenes icónicas (*)

Comunicación y memoria visual

El reportero gráfico, conocido por sus fotos de la “Mano de Dios”, las Madres de Plaza de Mayo y otras de la dictadura, visitó Misiones y participó de diferentes actividades organizadas desde el proyecto de extensión “Comunicación y Memoria Visual” en el marco de las jornadas de investigación, extensión, vinculación y transferencia que se realizaron desde el 16 al 19 de mayo en la Facultad.

El fotógrafo participó de una charla/debate en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. La actividad se organizó desde el proyecto de extensión “Comunicación y Memoria Visual” de las Facultades de Artes y Diseño (FayD) y de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la Universidad Nacional de Misiones, como parte, también, de la agenda por los 50 años de la UNaM y los 40 de democracia en Argentina. En un auditorio colmado de estudiantes, docentes y ciudadanos, el fotoperiodista repasó su trayectoria profesional, que lo inició en los primeros años del golpe cívico militar.

Con poca experiencia en la fotografía, y un sueño frustrado de estudiar historia, el joven Longoni, debutó en la agencia Noticias Argentinas en 1979, haciendo coberturas en las calles. Desde sus inicios, vio en la cámara una forma de “militancia política, fotografiaba para contar lo que la dictadura no quería que se supiera, reflexionó. Sus fotos de las Madres de Plaza de Mayo, el Juicio a las Juntas y la “Mano de Dios”, son algunas que retratan la sociedad de los ´80, y que actualmente empapelan los frentes del Anexo y el edificio Tucumán de la FHyCS, como parte de una muestra fotográfica.

Entre anécdotas e historias, destacó que la foto que marcó su vida, personal y profesional fue ‘El combate de La Tablada’, que también se convirtió en “la más importante”, aseguró. Dicha imagen, la tomó durante un tiroteo en La Tablada, Buenos Aires, en 1989: dos guerrilleros que figuran en ella, José Alejandro Díaz e Iván Ruiz, fueron detenidos, desaparecidos. Lo que Eduardo fotografió, sirvió años después como prueba judicial para condenar al general Alfredo Arrillaga, por la desaparición de los jóvenes.

Respecto a su trabajo en aquella época, el profesional testimonió que “todos los que vivimos el período desde el 24 de marzo del ‘76 al 10 de diciembre del ‘83, lo hicimos con miedo“. En esa línea, recordó algunas situaciones de represión y violencia que atravesó cuando era reportero.

Una profesión para pacientes

En medio de un ida y vuelta constante, con los asistentes de la charla, el fotoperiodista puntualizó ciertas recomendaciones para los fotógrafos principiantes. La clave, consideró, “está en saber para qué fotografiamos: puede ser para dejar un registro, o por placer, pero si no sabemos el para qué, es difícil que podamos ponerle alma a la foto”. Él mismo entendió su labor ya que, “fotografiaba para poner mi granito de arena en contra de la dictadura”.

El fotoperiodista reiteró la necesidad de “tener tolerancia a la frustración, paciencia y voluntad” al trabajar con audiovisuales. Además, explicó que las imágenes deben tener un contexto que les dé sentido y que tienen que ser construidas bajo el estilo personal del reportero. La misión es que, “la foto le sirva a la sociedad”.

“Una mirada honesta”: introspectiva al Longoni profesional y humano

Durante la tarde del jueves 18 de mayo, en el Aula Magna de la Facultad, se proyectó, a sala llena, “Una mirada honesta”, film documental que repasa la trayectoria profesional de Eduardo. El audiovisual fue dirigido por Santiago Nacif – quien acompañó la jornada -, Roberto Persano, y otros 3 realizadores.

Respecto al proceso de producción, el realizador Santiago Nacif contó en conferencia de prensa que trabajaron durante 4 años en el proyecto, con el objetivo de “dejar registro, y que sirva para que los y las jóvenes conozcan el pasado reciente del país”. El trabajo se atrasó por la pandemia de coronavirus y se estrenó finalmente en el 2022.

El documental combina breves escenas de entrevista con el fotógrafo argentino, fragmentos de su libro “Duermevela”, encuentros con sus amigos y familia, y proyecciones de fotografías y diapositivas de su archivo.

Al referirse al trabajo del equipo de cineastas, Longoni destacó la labor de Nacif y compañía, en quienes vio “la enorme capacidad de generar imágenes bellas y una narración de la película”. Finalmente, se mostró complacido de compartir el film en la UNaM, mientras que el realizador cinematográfico valoró la participación de la comunidad académica en estas actividades.

(*) Nota producida por Mariángeles Robles, Candela Rojas Devoto y Nuria Alejandra Dos Santos coordinado por el docente Mgter. Sergio Benítez de la Cátedra Producción Periodística de la carrera de Comunicación Social de la FHyCS-UNaM.

 

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Publicado en: Secretaría Académica